“Antes muerta que sencilla”
Por Concha Alarcón González
Asociación de Mujeres “Nerea” – Alhaurín El Grande
"Antes muerta que sencilla..." casi nada si se quiere profundizar en ello y casi nada si se aplica al pie de la letra.
Muchos dirán que el título es gracioso, divertido, incluso provoca una pequeña sonrisa en algunas personas. No se fijan en lo que esa frase refleja ni en que lo ven y escuchan los jóvenes. No digo que fuera intencionado el título y que esta chica se haya dado cuenta, sólo que quién la escribió no reflexionó lo suficiente. Y si me equivoco, si tuvo tiempo de discurrir, estudiar, considerar, suponer, calcular, o sospechar, qué pasaría si se usara esa frase como consigna, ya no tiene excusa.
Lo malo es que la pobre niña seguramente acabará creyendo su propio argumento, crecerá con esa frase en la cabeza (tanto repetir siempre ayuda a recordar, y recordar a veces es una desgracia). El impresentable que la escribió debe estar muy tranquilo, porque seguramente pertenece a ese mismo grupo social, a los que creen que es mejor la muerte a la sencillez, el dinero a la tranquilidad, el tener al ser libre. Así quieren educar a los jóvenes, inculcándoles valores absurdos como esta frase que repiten sin saber lo que están diciendo. Después nos quejamos de la falta de lectura, de la televisión basura, de las aspiraciones de la juventud que todo lo quieren ya, sin luchar, sin pelear, sin apenas batallar, y encima aquí ayudando a que frases como esta triunfen.
Yo espero que esa niña de nueve años un día comprenda que la utilizaron para ganar dinero, para lucrarse a su costa, que su infancia desapareció el día que pronunció por primera vez esa horrible y fatal frase, esas palabras que la torturarán mientras viva.
Ella no tiene culpa a su edad. Siendo tan joven, es una marioneta en manos de personas sin escrúpulos: sus padres, la discográfica, el público, y en esa carrera del “todo por la pasta”, está claro que es ella la única que va a salir perdiendo. Está claro que el dinero gusta demasiado, al igual que la fama, pero nadie comprende que la fama es como el amor: Uno nunca sabe cuando aparece, ni cuando se va. Como dijo Borges una vez: “En mi caso, la fama es un error unánime”, y en el suyo también.
Y ahora, analicemos la primera estrofa:
El pintalabios, toque de rimel
Moldeador como una artista de cine
Peluquería, crema hidratante
Y maquillaje que es belleza al instante
Abrid la puerta que nos vamos pa'la calle
Que a quién le importa lo que digan por ahí
Observen la maestría de la letra al identificar y predisponer a las niñas de 9 años con los objetivos futuros de cualquier mujer que se precie. Resulta evidente que lo que ha de hacer una mujer es pintarse como una puerta, acudir a una peluquería para que le pongan mechas y embadurnarse de cremas variadas porque, en definitiva, lo que se espera de ellas es que estén bellas siempre, lo más posible y rápidamente, para estar preparadas a recibir al macho que busca la belleza y… ¡hala, pa´ la calle! Total, qué importa lo que digan.
Como se puede ver, el mensaje resulta claro y aplicado a una niña de 9 años responde a lo que se espera de ella: ¿para qué vas a estudiar si tú lo que tienes que hacer es perpetuar la especie poniéndote guapa?
Pero seguimos con el aleccionador mensaje de la canción:
Antes muerta que sencilla,
ay que sencilla, ay que sencilla
Antes muerta que sencilla,
Ay que sencilla, ay que sencilla
Por supuesto. Antes muerta que sencilla. ¡Por favor! ¿Cómo me voy a poner un traje del mercadillo pudiendo vestir de Versache? Antes muerta, claro. La sencillez es horterada, del vulgo churretoso. No se me puede comparar a mí con la chusma obrera que para eso visto de marca y marco la diferencia.
¿Qué le pasa a la sencillez que prefieren todos morirse antes que vivir? La sencillez radica en uno mismo, en sus actos, en sus pensamientos, ¿por qué hay que complicarla? A veces lo complejo, lo complicado, nos transporta por caminos sinuosos hacía la incomprensión. Quizás lo que hace que la sencillez tenga mala prensa es que está supuestamente al alcance de todos, cuando en realidad, la sencillez no es nada fácil de conseguir. Despojarnos de lo que sobra, desnudarnos y mostrarnos tal y como somos, sin adornos, sin máscaras, es algo que pocas personas consiguen a lo largo de su vida.
Y seguimos:
Y es la verdad porque somos así
Nos gusta ir a la moda,
que nos gusta presumir
Que más nos da que digas tu de mí
De Londres, de Milán, de San Francisco o de París
Pues claro que sí. A la moda y a presumir, a ser fashion de la muerte. Lo de leer un libro va a ser que no, que es una horterada.
Y hemos venido a bailar
Para reír y disfrutar
Después de tanto y tanto trabajar
Que a veces las mujeres necesitan
Una poquita, una poquita, una poquita,
una poquita libertad
Eso sí, libertad, “poquita”, no vaya a ser que nos acostumbremos a lo bueno.
Y aquí si que lo ha bordado el letrista. La libertad consiste en bailar. Claro, después de trabajar tanto, maquillándose y de tiendas, ¿Cómo no se le va a conceder ese pequeño desahogo? ¡A bailar que libera un montón!
Mucho potaje de los de antes
Por eso yo me muevo así con mucho arte
Esto ya me ha descolocado. No se si se refiere a la dieta mediterránea como meta, o a todo lo contrario. Habrá que investigar.
Y si algún novio se me pone por delante
Le bailo un rato
Y una gotitas de Chanel nº 4
¡El más barato!
La referencia a Marilyn Monroe es clara, aunque el autor se recate un poco al cambiar el chanel nº 5 por el 4 al tratarse de una cría. Pero está claro. Se le baila al macho, al novio, y sólo con chanel nº 4, que es más barato. Como ven no tiene desperdicio.
Y esta letra es la que han obligado a cantar a una niña de 9 años. Una estupidez sin nada dentro, pero que además contiene mensajes muy peligrosos como el estribillo “Antes muerta que sencilla”, que es una clara indicación de una cierta manera de pensar que no debería de ponerse de moda. Lo malo es que se puso de moda y todas las niñas la cantaron.
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